Para alcanzar el confort y el bienestar de los alumnos en las aulas, es bueno aprovechar la energía
solar y mantener una adecuada ventilación que reduzca la concentración de dióxido de carbono y renueve el oxígeno.
Dentro de las aulas deberá renovarse periódicamente el aire viciado interior abriendo las ventanas, de esta manera, se eliminarán bacterias y malos olores.
Nos lo explica Florentina Villanueva, investigadora de la Universidad de Castilla La Mancha.